El 20 de febrero se conmemora el hecho de armas que dio el nombre al distrito de Ituzaingó

LA MARCHA ESTRATEGICA
En diciembre de 1826 el ejército al mando de Alvear comienza la marcha estratégica hacia el lugar de enfrentamiento con los imperiales.  Además de distinguidos militares lo secundan en el rango más alto del mando los Brigadieres Generales Miguel Estanislao Soler y Juan Antonio Lavalleja.
Las cifras más aceptadas históricamente respecto al número de tropas dan entre 7 o 9 milhombres en total que incluían 3 Brigadieres, 3 Coroneles Mayores (Generales), 65 Jefes de Coronel a Mayor, 297 oficiales de Capitán a Alférez y el resto tropas de caballería (5000), infantería (1600), artillería 300 y aproximadamente 2000 milicianos orientales.
El 20 de febrero de 1827 se habrá de producir el enfrentamiento con las tropas imperiales algo superior en número y armamento.
Las fuerzas de Alvear cruzan el Río Santa María y acampan en los médanos y esteros comprendidos entre el río y el arroyo Ituzaingó, curso de agua no importante pero que habrá de dar nombre a la batalla.
Las tropas imperiales al mando del generalísimo Marqués de Barbacena esperan en los médanos a corta distancia  de la Gran Zanja Central que divide ambos ejércitos y tendrá un papel protagónico en el encuentro.
Entre las 7 y las 8 de la mañana del  día 20 se producen los primeros cañoneos.  Un error táctico de las tropas imperiales es notado por Alvear que ordena a Lavalleja que cargue en masa con su caballería. En principio Lavalleja objeta la orden (las desobediencias de Lavalleja  serán tradición) pero luego carga con el apoyo de los lanceros de Olavarría y Zufriategui.
Alvear da orden al Coronel Brandsen de cargar con su caballería e infantería y la artillería de Chilavert y Arengreen sobre el enemigo.  Brandsen hace observar respetuosamente a su jefe que  encontraría el zanjón mencionado como un obstáculo riesgoso.
Alvear al escuchar el mensaje lo increpa y dice: “Coronel Brandsen: cuando el emperador Napoleón daba una orden en batalla nadie objetaba aunque supiera que iba a morir”. Y le contesta Brandsen: “Sé que voy a morir pero cumpliré la orden”.
Avanza Brandsen  con sus tropas y su ayudante teniente Lavalle. Al observar que el general Alvear acompaña a la columna le ruega que se  detenga para no arriesgar la vida del jefe. El paso de la zanja será en efecto un obstáculo difícil y la detención le cuesta la vida  al glorioso Brandsen y a su ayudante Lavalle.
Pero la carga finalmente es exitosa. Las tropas imperiales tornan en retirada y antes de terminar el día –el combate sólo duró entre 5 y 6 horas- las tropas de la República logran uno de los éxitos militares más gloriosos de su historia. Según palabras del mismo Alvear él combate en una lucha justa, situación provocada por la invasión territorial brasileña.

LOS ALVEAR: FAMILIA DE CUNA ILUSTRE Y ARISTOCRATICA QUE LOS MARCARA EN TODOS SUS ACTOS
Diego de Alvear (español) estaba radicado en las Misiones Argentinas en la vera del Río Uruguay. Ostentaba el grado de brigadier de la Armada Española cumpliendo tareas en la comisión de límites hispano-portugueses, conforme al Tratado de San Ildefonso. Casado con Josefa Balbastro (argentina), matrimonio del que nace nuestro biografiado Carlos María de Alvear el 11 de noviembre de 1787, futuro militar y héroe de Ituzaingó.
Su padre Diego engendró 20 hijos de dos matrimonios. De su segundo  estaban Carlos María y siete  hermanos estudiando en Buenos Aires. En 1804 su padre recibe la orden de viajar a España acompañando al gobernador de Montevideo, en misión de transportar una importante cantidad de caudales reales  y particulares.  Por enfermedad del militar jefe asignado al traslado en los barcos, es designado Don Diego para  dicha función. Pero un sino trágico ocurrirá en el viaje.  Por razones tácticas el Brigadier Don Diego y Carlos María, por entonces de 17 años de edad, viajan en la nave de los caudales. Su madre y hermanos lo hacen en otro barco de los cuatro que integraban la flotilla.
Ya casi llegando la navegación a costas de Cádiz, son atacados ferozmente por una armada británica y a pesar de no haber conflicto de guerra, en una acción de carácter casi filibustero, incendian y hunden la nave en que viajaban la madre y los hermanos de Alvear y capturan la capitana que llevaba los caudales. Hacen prisioneros a Carlos María y su padre. Son enviados a Inglaterra donde son liberados y permanecen un tiempo completando Carlos María su educación.
Se traslada a España donde el joven Alvear, altivo como un aguilucho, toma  las armas y lucha contra las tropas napoleónicas. Estos relevantes hechos serán una escuela de acción que dará temple a  su naturaleza casi romancesca, embriagada de sueños caballerescos, aunque ambiciosos. En su sentir comenzaba a forjarse un destino de figuración política y militar. Los sucesos de 1810 atraen a Alvear a la revolución redentora.
En 1812 regresa al país. Tiene 25 años y se incorpora a los Granaderos como sargento mayor. Funda la Logia Lautaro. Sus ideas son avasallantes y poco congenian con la madurez de San Martín. Se le encarga la misión de pactar con Bolívar la devolución de Tarija, objetivo que logra. Es designado en 1815 Director Supremo. Prepara tropas para el sitio de Montevideo. Se enfrenta a Artigas a quien derrota. Algunos desaciertos de su gestión le llevan a renunciar presionado por un motín militar. Es reemplazado por Rondeau. Huye al Brasil.  A su regreso se une a los caudillos López y Ramírez participando en Cepeda donde es derrotado.
Durante la gestión presidencial  de Rivadavia fue nombrado Ministro de Guerra y Marina.Es jefe del  Ejército el Brigadier  Martín Rodrígue quien será reemplazado por Alvear el 14  de abril  de 1826 con el cargo de Jefe del Ejército Republicano de Operaciones en Brasil.

SU PERSONALIDAD
Tal era someramente el hombre que con 39 años de edad asumía el máximo compromiso que las armas argentinas habrían de enfrentar Joven, bello, arrogante, fastuoso, educado y aristócrata en sus modales.  Galante con las damas y autoritario con los hombres. Como General tenía cualidades de mando mostrando en el arte de la guerra ideas más completas que los oficiales de su tiempo. En verdad no era persona grata  a la mayoría de los jefes bajo su mando. Tuvo detractores en Lucio N. Mansilla, Lavalleja o Iriarte (éste en sus memorias).Pero los argumentos en su contra fueron rebatidos posteriormente. Quizás, su principal enemigo ideológicamente fuera Juan Galo de Lavalle que hasta movilizó un complot para desplazarlo.
Algo similar pero menos pública fue la actitud de Angel Pacheco, el brillante oficial de caballería. Pero a pesar de la disidencia ambos jefes fueron reintegrados a sus mandos al avanzar el ejército en territorio enemigo. Dejaremos para  notas próximas las actuaciones de Alvear con posterioridad a Ituzaingó (20 de febrero de 1827).

DESCENDENCIA HISTORICA
Mencionaremos brevemente la continuidad histórica de la familia. De su casamiento con una dama andaluza tuvo diez hijos. El quinto de ellos  fue Torcuato de Alvear que nació en Montevideo en 1822. Fue el primer intendente de la  Ciudad de Buenos Aires bajo la nueva reforma. Hombre de progreso e iniciativas audaces, en 1880 encara reformas importantes. Así surgen el nuevo  edificio municipal, la desaparición de la recova vieja de la Plaza de Mayo, el ensanche de  la  Avenida de Mayo, diagonales, etc. En 1854 había contraído  enlace con Elvira Pacheco. Uno delos siete hijos del matrimonio, nacido el 4 de octubre de 1868, será Marcelo T.  de Alvear, futuro  presidente  de la Nación que ejercerá su mandato  entre1922-1928 llevado a la máxima magistratura por  el Partido Radical.

EL NOMBRE DE LA PLAZA
La primera inauguración de la actual plaza 20 de Febrero data del año 1911.Hemos localizado fotografías de  enero de ese año. Las autoridades de  Morón concurrieron al acto que contó además con un partido de fútbol entre jugadores de Morón e Ituzaingó. Los hombres concurrentes lucen riguroso traje y corbata y las  damas se resguardan con sombrillas protegiéndose del calor concordante con la fecha. La plaza es reinaugurada con el nombre de Centenario. No se observa que exista forestación ni parquización acorde a una plaza. Durante más de veinte años la plaza norte no tuvo las características propias de su finalidad. Durante las décadas de 1920  y parte  de 1930 se ocupó un sector como cancha de fútbol. Dicho predio fue utilizado por el Club Atlético Ituzaingó que a su vez tenía su sede social en los altos del almacén de Pastré en la  calle actual Mariano Acosta.
La magnífica forestación hoy casi desaparecida pero que muchos conocimos, data según referencia del  Ingeniero Rodríguez Melgarejo de los años 1934 y posteriores. Por esa misma época se realiza la permuta con el FCO tomando la plaza sus dimensiones actuales.

REINAUGURACION DE LA PLAZA
Siendo gobernador de la Provincia Manuel Fresco e Intendente Municipal del Partido por entonces 6 de Septiembre, Rafael Amato, la plaza es reinaugurada en 1937. En homenaje a la batalla que dio nombre a la estación del ferrocarril y se la rebautiza como “20 de Febrero”  (1827). En una vieja fotografía se  muestra el día de la inauguración y en el pequeño palco las autoridades presentes.  Los  caminos de granza convergen hacia él desde las calles 25 de Mayo (actual  Mansilla), San Martín (Las Heras), Soler y Belgrano (actual Zufriategui), ésta última  sin estar todavía concretada como vehicular.